De nuevo se evidencia casi morbosamente que el ala más españolista y derechista del PP no solo está encantada de conocerse, sino también de demostrar su brío ante propios y extraños. Se regodea en su capacidad de curvar la opinión pública según su bilis y conveniencia. Así ocurren en la España de la crisis y el paro cosas tan extrañas como que al achuchado ciudadano se le estén calentando día y noche los cascos con asuntos como el caso Faisán , Bildu, los líos del etarra Antonio Troitiño con la justicia y otros del mismo tenor.
La parte buena de que lo ultra habite dentro del PP es que hoy el mapa político español carece de un partido de extrema derecha potente, al menos no como tal. Por supuesto, el sentimiento nacionalista español catalonófobo es consustancial al mentado sector del PP, donde convive con conservadores en el sentido clásico, con centristas y hasta con algún auténtico liberal (muchos menos de los que reclaman serlo).
En el mapa catalán, en cambio, la derecha sí está dividida. Muchos conservadores votan a CiU (donde se suman a centristas, liberales y socialdemócratas), y otros, al PP. ¿La diferencia entre convergentes y populares? Que en el PP catalán, al margen de ser su militancia más de centro o más de extremo, lo esencial es el españolismo. La izquierda se halla también fragmentada. El PSC tiene a babor a ICV y a la independentista ERC (dejo al margen del análisis, para simplificar, a Joan Laporta y a SI).
¿Y dónde está la izquierda españolista catalana? Pues socioelectoralmente hablando, la mayoría, en el PSC, y una porción menor, en Ciutadans. Si algún día el PSC se divorciara del PSOE, este se instalaría inmediatamente en Catalunya. ¿Qué sucedería entonces? ¿Cuántos votantes catalanes optarían por el españolismo del PSOE y darían puerta al PSC? Es la pregunta del millón.
La relación entre CiU y el PP es, en diputados, de 62-18 en el Parlament y de 10-8 en el Congreso. En las municipales, cerca de 724.000 catalanes apostaron por CiU mientras que por el PP lo hicieron poco más de 283.000. ¿Cómo quedarían las proporciones entre el PSC y el PSOE? Resulta complicadísimo responder. El vigor de unos y otros variaría si de elecciones al Parlament y municipales habláramos o si nos refiriéramos a las españolas. Es previsible además que medios de comunicación de izquierdas se sumarán a los de la derecha en el acoso al PSC. Aunque el PSC se impusieara globalmente al PSOE –una hipótesis que muchos discuten–, es incuestionable que en Catalunya el PSOE alcanzaría mucho más peso en el hemisferio izquierdo del que tiene el PP en el derecho. Algo que, por descontado, sería malo para el PSC y malo para Catalunya, y explica a su vez mucho, muchísimo, de lo que ha venido ocurriendo, ocurre y seguirá ocurriendo en este país.