Nadie habla mal de Josep Rull, ni en Junts per Catalunya ni entre sus adversarios. Todos consideran al nuevo presidente del Parlament un buen tipo. Nacido en 1968, se puede afirmar que el de Terrassa lleva toda la vida en política. A mitades de los ochenta se afilió a las juventudes de Convergència Democràtica, donde alcanzó la secretaría general. Tan patriota catalán -o más- que independentista (no es exactamente lo mismo), durante años fue visto como el joven que con más garantías y coherencia podía recoger y proyectar el legado de Jordi Pujol, por quien Rull siempre sintió fascinación. Pese … Continuar llegint