Da la viva impresión de que Esquerra Republicana no ha comprendido todavía los estrictos límites y las ásperas penalidades que conlleva gobernar en solitario, aunque bien cabe la posibilidad de que, en realidad, estén intentando disimular como pueden el estado de fragilidad en que se hallan. Quizás, en su momento, ilusionados por la perspectiva de librarse de Junts per Catalunya, no se entretuvieran lo suficiente en calibrar qué significa realmente gobernar con 33 diputados. Es decir, puede que pecaran de imprudentes. Los demás grupos del Parlament, del primero al último, seguramente se dieron cuenta de la impostura y por ello, … Continuar llegint