EL TRIBUNAL Constitucional, a tenor de diversos indicios e
informaciones, se dispone a cercenar en breve el Estatuto, al cual
Zapatero ha abandonado a su suerte al advertir con aspereza al
socialismo catalán que lo que diga el TC hay que acatarlo sin
rechistar. Por primera vez en España un puñado de señores y una señora
alrededor de una mesa van a poner sus manos sobre un Estatuto avalado
en referéndum, provocando un innegable y grave choque de
legitimidades.

Algunos repiten que a Cataluña el Estatuto no le quita el
sueño. Otros señalan que Cataluña es cada vez más soberanista y más
independentista. Veamos. Existe una parte de la ciudadanía que vive
bastante al margen de la política y que, además, sintiéndose catalana,
sigue considerándose española. Pero hay otra parte que se ha venido
desplazando paulatina y ostensiblemente hacia posiciones soberanistas e
independentistas. Son los que han llegado a la conclusión de que no es
posible vivir como catalanes en España sin sentirse incómodos e incluso
violentados. Les indigna que, por ejemplo, el otro día las autoridades
deportivas españolas impidieran, mediante amenaza al equipo, que las
selecciones de futvoley de Cataluña -reconocida internacionalmente- y
España se enfrentaran en El Vendrell. El match se saldó con la
escandalosa incomparecencia española

El catalanismo mayoritario ha
actuado siempre bajo el supuesto de que una España capaz de comprender
y reconocer la diversidad es posible. Sin embargo, hace mucho que en
España las voces favorables a la diversidad callan clamorosamente. En
Cataluña las que siguen apostando por el diálogo, el entendimiento y la
colaboración son cada vez más débiles y minoritarias.El Constitucional
amenaza con acabar con los esperanzados, los moderados y los
pragmáticos, pues parece que va a dar un espaldarazo a los que creen
que el problema español (conocido en Madrid como el problema catalán)
no tiene solución. Que hagas como Ibarretxe o bien te comportes con el
mayor de los escrúpulos y sigas el procedimiento establecido, al final
te dan igualmente con la puerta en las narices.

Ha señalado el
presidente Montilla que una sentencia contraria al Estatuto
significaría cerrar el paso a la concepción plural que la propia
Constitución encarna. Si ello ocurre, tal vez muchos en Cataluña
permanecerán indiferentes, pero sin duda serán multitud los que
engordarán las filas de la ruptura.