Irrumpiendo en el largo adiós de Zapatero resurge en el PSOE un nutrido grupo de veteranos dirigentes. Encarna este retorno Felipe González , que está desplegando una actividad y exhibiendo un brío inusuales. El fenómeno podría convertir la etapa del presidente español y todavía líder del PSOE en una especie de anomalía, de simple borrón en la larga historia del partido fundado por Pablo Iglesias . Es como si de la mano de Rubalcaba los viejos fajadores estuvieran diciéndoles a Zapatero y a los zapateristas –cuyas exponente más caricaturizable tal vez sea Leire Pajín – que se aparten, para que ellos, los auténticos profesionales con experiencia, se ocupen del desaguisado.
Los profesionales. El término conecta con un debate de gran viveza y cierto calado dentro y fuera de CiU a raíz de la arquitectura del Gabinete de Artur Mas . Hablo de la divisoria en el seno del Govern, evidenciada ya desde sus primeros compases, entre los consellers políticos y los consellers , digamos, novatos o provenientes de la esfera civil o privada, divisoria que las crudas circunstancias contribuirían a subrayar.
Entre los que han dado ejemplo de profesionalidad se cita a la consellera de Ensenyament, Irene Rigau , quien de momento ha conseguido torear los problemas derivados de los ajustes presupuestarios en su área. Ha demostrado poseer las tres cualidades básicas del político que cita Max Weber : «Pasión, sentido de la responsabilidad y mesura». Como ejemplos de bisoñez se pone a Francesc Xavier Mena y a Boi Ruiz , profundo conocedor éste último del sector sanitario, pero que habría adolecido de falta de astucia y mano izquierda, amén de no haber gestionado adecuadamente la comunicación de malas noticias. Los tres errores son comunes en aquellos que acceden por primera vez a un alto cargo, siendo quizá el último, el de la comunicación, hacia dentro y hacia fuera, el más alarmante, pues suele ir unido a una escasa comprensión de algo tan fundamental como son los mecanismos propios de la prensa y la opinión pública. No es menos cierto, sin embargo, que estar situado en el centro del huracán, como le ocurre a él, complicaría la vida al más pintado.
La apuesta por un «Govern dels millors» está arrojando un resultado desigual. Dicho esto, también es verdad que tanto entre los profesionales como entre los novatos hallamos notables excepciones a la supuesta regla. Así, una novata como Pilar Fernández Bozal ha sabido hacer de la discreción un eficaz escudo. Y está Andreu Mas-Colell , quien, pese a ser, nada menos, el titular de Economía y a su muy dilatada experiencia política –tres años como conseller de Universitats con Jordi Pujol –, mantiene incólume su bien ganada reputación y prestigio.