Toda CiU trabaja en este esprint final de campaña con un solo objetivo: alcanzar la mayoría absoluta. La mayoría absoluta esta vez es más importante que nunca. Lo es por las complicaciones que supondría un posible pacto o alianza con ERC y también porque no conseguirla sería interpretado, dentro y fuera de Catalunya, como una pérdida de empuje del movimiento soberanista. Una de las claves son los electores que todavía no tienen claro su voto. En especial, aquellos indecisos que se hallan a medio camino entre CiU y ERC.
Para convencerlos, Artur Mas va a seguir recurriendo al valioso activo que supone su credibilidad personal. En primer lugar, para, como en el judo, lograr que el asunto del supuesto borrador policial no solo no le perjudique sino que le refuerce. En segundo lugar, para que aquellos que temen que al final a CiU le flaqueen las piernas y acabe arrugándose abandonen sus miedos.
En el foro Primera Plan@ que organiza EL PERIÓDICO, Oriol Junqueras, dijo que el mejor escenario que el PP prevé es la mayoría absoluta de Mas. También cuestionó la firmeza del compromiso de CiU con el derecho a decidir. Si, como dice Junqueras, al PP le iría bien que CiU lograra la mayoría absoluta, la verdad es que o los populares no se han enterado o lo disimulan muy bien, pues hacen lo imaginable y lo inimaginable para impedirlo. Se me ocurre que si Rajoy y Junqueras hablara con más frecuencia bien podría suceder que el gallego le contara al catalán que en realidad a quien conviene la mayoría absoluta de CiU es a ERC.
Si CiU se queda corta en su resultado y necesita apoyo, deberá recurrir a ERC. Y puede que en esas circunstancias el partido independentista sufra más de lo que se imagina. Esquerra Republicana estará obligada a sacrificar lo que sea para favorecer el éxito de la vía soberanista y, por ejemplo, deberá aprobar los presupuestos de CiU. Si el intento autodeterminista sale mal, ERC habrá fracasado. Si sale bien o bastante bien, el éxito será de Mas.
Con mayoría absoluta de CiU, en cambio, Esquerra Republicana podrá darle apoyo cuando quiera y negárselo cuando le convenga. Podrá administrar su actuación con mayor libertad. Junqueras debería saber que estar en la oposición garantiza a ERC seguir creciendo, mientras que si los resultados la obligan a apoyar a Mas se arriesgará a acabar pagando por ello un precio electoral y político impredecible.