El reciente fichaje de Ernest Maragall por parte de ERC, junto con las conversaciones que los republicanos han mantenido también con Toni Comín y Montserrrat Tura , han llamado la atención de muchos y han irritado a unos cuantos, en especial, lógicamente, al PSC. Otra cosa es la manera en que han reaccionado los socialistas, casi como alegrándose de que gente que hasta hace nada era suya se pase o se pueda pasar al adversario.
Pero la pregunta relevante ante los movimientos de Oriol Junqueras es si estos obedecen a una estrategia seria y de fondo –con vistas a consolidarse como el gran partido de la izquierda en Catalunya– o se trata de mero oportunismo, es decir, de aprovechar la ocasión para apuntarse un tanto. Algunas de las cosas que ERC ha dicho a raíz del fichaje de Maragall nos remiten inevitablemente a la estrategia de la Casa Gran del Catalanisme adoptada por CDC cuando se hallaba en la oposición. Aquella táctica fue un acierto y contribuyó sensiblemente al triunfo de Artur Mas en el 2010. Luego, el acceso al poder y, entre otras cosas, los cambios en la Fundació Catdem, desde donde Agustí Colomines había impulsado la apertura con audacia, acabaron diluyendo aquel impulso. El nombramiento de Ferran Mascarell como conseller de Cultura se convirtió, a la postre, en el epílogo de todo aquello.
Pero retomemos el hilo. Hoy ERC está en una situación inmejorable para sumar a su proyecto a buena parte del centro-izquierda catalanista, que se siente decepcionada y abandonada por el giro dado por el PSC. Habrá que ver, como decía, si el acuerdo con Maragall va a quedarse en anécdota o se trata del primer paso de una operación de mayor alcance, de una verdadera operación política. La cuestión no es baladí, sino de un enorme significado, pues supondría que ERC ha decidido convertirse de verdad en un partido de gobierno, y por tanto más centrado e interclasista. Estar en la oposición, esto es, sin el fuerte desgaste derivado de los recortes, pero dando apoyo al proceso soberanista de Mas , permite a Junqueras recibir trasvases de votos tanto de la federación como del PSC (y de Iniciativa).
ERC tiene un gran interés en obtener en las europeas un muy buen resultado. Lo mismo vale para las municipales. Entre otras razones, porque, según cómo evolucione la situación en Catalunya, no hay que descartar que lo que para las europeas no ha sido posible (una candidatura unitaria soberanista) sí pueda darse en las catalanas (anticipadas o no). A ERC le vendría muy bien haber exhibido músculo, y negociar entonces de tú a tú con CiU (o solo CDC) la candidatura unitaria. Parece fuera de discusión, sin embargo, que el presidenciable sería Mas , con Junqueras de dos de la lista.