El president Mas ha firmado. Nunca tuve la menor duda. De que cumpliría su promesa. Tampoco albergo ninguna duda de que la maquinaria del Estado está en marcha, y hará lo advertido: llevar la ley de consultas y, con ella, la consulta sobre la independencia, ante el Constitucional para que queden automáticamente suspendidas. Bien. Si hacemos caso de lo anunciado, Mas entonces reunirá a las fuerzas políticas soberanistas y decidirán qué hacer. Al margen de ello, la organización de la consulta seguirá su curso, se irán completando etapas. Habrá que ver cuándo el proceso se paraliza, ya que, al menos en teoría, la orden del tribunal podría cambiar. El president ha repetido que no es partidario de votar violentando la decisión del Constitucional. No es partidario de sacar las urnas a la calle, de votar como sea, sí o sí. Si se acabara no votando, como parece, a Mas le quedaría la vía de convocar, enseguida o más tarde, unas elecciones autonómicas y darles carácter plebiscitario. Pero para que adquieran ese carácter es imprescindible el concurso de ERC. CiU y ERC, como mínimo, deberían formar una candidatura única reforzada con una fuerte representación de la sociedad civil. La incógnita es: ¿querrán Junqueras y su partido aceptar y participar de los planes del president Mas ? PERIODISTA