CiU repite victoria en Catalunya

Un análisis sobre los resultados escrito en la misma noche electoral resulta siempre, inevitablemente, un examen apresurado, y por lo tanto habrá que complementarlo y matizarlo en las próximas fechas.

En primer lugar cabe destacar que CiU, que en el 2011 ganó por primera vez en la historia las elecciones municipales, ha vuelto ha conseguirlo. No es un detalle menor. Hace cuatro años, la federación de Artur Mas logró unos resultados extraordinarios, superando al PSC por primera vez. Ahora no han sido tan buenos. Sin embargo, el hundimiento en muchas localidades del PSC –pese a ganar en grandes ciudades como Tarragona, Lleida (a pesar del descenso), L’Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet y Terrassa–, la espesa red de candidaturas de CiU (la formación que más territorio cubre) y la renovación de candidatos llevada a cabo en los últimos tiempos le han permitido conservar su hegemonía en Catalunya.

Y eso pese al espectacular ascenso de las opciones de lo que se ha etiquetado, con más exageración que rigor, como nueva política, a saber, Podemos, Ciudadanos y las CUP. Estas fuerzas han irrumpido con gran ímpetu en algunas ciudades. El caso de Barcelona en Comú –vinculada a Podemos– que ha conseguido derrotar a Xavier Trias en Barcelona a caballo de un fuerte incremento en la participación es, sin duda, el caso más llamativo. El debut de Podemos ha supuesto un auténtico terremoto, un notable cambio del mapa.

También Ciudadanos –que en ningún caso es una formación nueva en Catalunya– ha conseguido entrar en muchos ayuntamientos en los que antes no tenía representación alguna. El ascenso puede calificarse de espectacular, ya que en el 2011 consiguió solo unos 35.000 votos. Igualmente, las CUP, que llevan muchos años trabajando a nivel local, suben claramente. Sirvan su resultado en Berga o Ripollet como botón de muestra.

La fragmentación junto con el aumento de actores es otro de los elementos a destacar en este análisis de urgencia. Van a ser muchas y muy complicadas las negociaciones a partir de ahora. Y eso significa, entre otras cosas, que algunos o bastantes de los candidatos ayer ganadores probablemente no serán investidos alcaldes. Los próximos días y semanas prometen emociones más que fuertes en este sentido.

ERC, por su parte, ha casi doblado sus resultados del 2011, con un ascenso, pues, más que destacable. Por lo tanto, no se sitúan tan lejos de poder disputar la hegemonía a CiU. Recordemos que en la penúltima contienda electoral celebrada, la de las europeas, el partido de Oriol Junqueras –que ha conseguido ganar en el municipio del que ya era alcalde, Sant Vicenç dels Horts– se impuso a CiU. Su resultado en Barcelona capital supone, no obstante, un lastre difícil de arrostrar.

Si miramos estas municipales del 24-M en términos de primera vuelta de las elecciones catalanas de septiembre o, lo que es lo mismo, nos situamos en la perspectiva del llamado procés, la derrota en Barcelona de CiU y el mal resultado de ERC suponen un claro contratiempo. La victoria de Ada Colau en Barcelona –celebrada al grito de «sí se puede»–, muy especialmente si alcanza la alcaldía de la ciudad, como todo hace prever, supone un duro golpe para el soberanismo.

PERIODISTA. PROFESOR DE BLANQUERNA-URL

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