Las imágenes de la toma de posesión de Donald Trump en el Capitolio son pornográficas. Lo son en el sentido de obscenas. Y en el de impudorosas, descaradas e insolentes. Nunca antes el poder político se había atrevido, como el pasado 20 de enero, a mostrar de tal modo su alianza, su connivencia y su coleguismo con los más ricos. Hasta ahora, los políticos habían huido de imágenes como las del otro día, pues querían seguir apareciendo como representantes y servidores de todos los ciudadanos. Siempre ha habido relación entre los poderes, en este caso entre el político y el … Continuar llegint