Artur Mas comparecerá mañana en el auditorio del Edifici Fòrum de Barcelona para dar a conocer los pasos que, a su entender, debe dar el soberanismo, su hoja de ruta.
Ocurrirá poco después de que la fiscalía haya presentado una querella contra él, Ortega y Rigau por el 9-N. Esta ha sido la triste respuesta de Rajoy a la demanda de diálogo formulada por Mas, respuesta que Sánchez-Camacho ha celebrado. Por su parte, el ministro Montoro decretaba hace unos días que resulta innecesario abordar, como manda la ley, la financiación autonómica. ¿Recuerdan cuando en la reunión con Mas de setiembre del 2012 Rajoy rechazó mejorar la financiación catalana y emplazó al president a la negociación general del sistema, justo la que Montoro acaba de enterrar?
Por supuesto, no sé qué tiene pensado decir el presidente catalán. Pero lo que sería de sentido común, si se quieren utilizar las elecciones autonómicas a modo de plebiscito, es que hubiera una sola lista soberanista. Como no va a poder ser, la segunda mejor opción es una candidatura conjunta entre Mas (habrá que ver si con Unió o no) y ERC.
Sea como fuere, cuanto más nos alejemos de la unidad, menos carga plebiscitaria tomarán las elecciones y, por lo tanto, peor resultará la operación. Peor de puertas adentro y peor internacionalmente, toda vez que las opiniones públicas de los diferentes países no visualizarán ni comprenderán lo que se pretende llevar a cabo. Por su parte, no tendría sentido trastocar el calendario para celebrar unas elecciones anticipadas que fueran ordinarias.
Hay otra razón para la unidad o, al menos, para la unidad entre Mas y Junqueras. Es la siguiente: en caso de concurrir en listas separadas a las elecciones y, tras una posible derrota, no poder continuar el primero como president, lo lógico sería que pasase a la oposición o abandonase la primera fila política. Pero, ¿puede el movimiento a favor del derecho a decidir y la independencia prescindir del president Mas ? Puesto que el camino a recorrer está lleno de dificultades, parece razonable conservar a quien mejor encarna, por méritos propios y trascendiendo claramente a su partido, el llamado proceso.
Si de lo que se trata es de seguir avanzando, el soberanismo necesita reunir toda su fuerza. A mi entender, eso pasa por una fórmula que refleje la máxima unidad y que tenga a Mas al frente. Es el esquema que levantaría una mayor ola de ilusión entre los ciudadanos y daría a los comicios un nítido carácter plebiscitario. Insisto que anticipar las elecciones tiene sentido si son unas elecciones especiales. Para elegir diputados al Parlament y ver qué partido o partidos gobiernan ya está previsto el 2016.