Juan Carlos I es un abuelo que se mueve con dificultad -siempre al borde del batacazo- y que padece una sordera notable. Sin embargo, no es un idiota. Todo lo contrario. Es un tipo, si no inteligente en el sentido estricto del término, sí listo e intuitivo. Con mucha nariz, como bromeó él mismo en cierta ocasión. Pese a todo, a día de hoy sigue siendo, como reza el tópico, un tipo ‘campechano’ y desinhibido, como demuestran tanto sus incontables aventuras sexuales como sus turbios ‘negocios’. Teniendo lo anterior en cuenta, se entiende mejor lo sucedido en su primera visita … Continuar llegint