Alumbrar un nuevo liderazgo en Galicia le está costando Dios y ayuda al PP. Horrores. Ya todos sabían que Alfonso Rueda no es John F. Kennedy, por eso diseñaron una campaña de perfil bajo, sin correr riesgos, confiando en la inercia de tantos años de poder y en la red territorial popular, que abraza estrechamente las ciudades y pueblos gallegos. Se trataba de hablar poco de problemas concretos y echar mano del ataque a Sánchez y la demonización de Puigdemont. A ver si la gente se olvidaba, por ejemplo, de la pésima gestión de la Xunta de la crisis causada … Continuar llegint