La manifestación del 11-S, en los términos que fue planteada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), suponía un ataque a ERC, ataque envuelto en una retórica ridículamente antipolítica. Fue por eso por lo que Pere Aragonès no acudió a la avenida del Paral·lel, al igual que la cúpula republicana y muchos militantes del partido. Esquerra, además, intentó boicotear la convocatoria. La decisión de Aragonès y de ERC de plantar cara a la ANC es meritoria, toda vez que uno de los grandes males del ‘procés’ fue, sin duda, la incapacidad o el miedo de los políticos a decir públicamente la … Continuar llegint