No me trago que nadie del Gobierno español supiera que se espiaba a Pere Aragonès. Mucho menos, que de ello no tuviera conocimiento la ministra Margarita Robles, de quien depende el CNI. Como han señalado fuentes de la seguridad del Estado a este periódico, “ni los agentes ni la estructura del centro [del CNI] son autónomos. Actúan bajo una instrucción y reportan al poder político”. Es más: seguramente la iniciativa surgiera del mismo Gobierno. No lo podemos comprobar, pues las directivas donde se fijan objetivos y a partir de las cuales actúan los espías son secretas. Sigamos con la lógica. … Continuar llegint